miércoles, 28 de enero de 2009

LAS MÁSCARAS DEL IMPERIO


Las Máscaras del Imperio
Mumía Abú-Jamal
23/11/08


Sería muy fácil sucumbir en la euforia del momento.

Fácil... Muy fácil.

A pesar de este despliegue de euforia, exacerbado por medios de
noticias que han aprendido muy bién su papel servil del poder,
hemos visto razones para preocuparse.

Reportajes y elogios de posibles miembros del gabinete por parte
de unos medios que debían tener experiencia después de haber
apoyado sin reservas el desastre de Irak, nos debe hacer pensar,
porque los miLas Máscaras del Imperioembros del gabinete parecen ser escogidos más para
calmar ánimos que para hacer cambio.

La gran concentración de clintonianos evoca más un, "regreso al
futuro," que un nuevo día. Y aún cuando es verdad que, después
del descalabrado gobierno de George W. Bush, cualquier cosa
parecería preferible, también es cierto que muchos de los
problemas que hoy confronta Estados Unidos comenzaron (o fueron
exacerbados) durante la presidencia de William Clinton. Esto se
puede ver en la gestión y aprobación del Tratado Norteamericano
de Libre Comercio, NAFTA, (del inglés, North American Free Trade
Agreement), durante Clinton, bajo los lineamientos de comercio
libre y globalización, que permitió la fuga de manufactura
nacional cuando los negocios se fueron al extranjero en busca de
mano de obra barata (y de más ganancias.)

Porque mientras los trabajadores dieron a Clinton sus votos,
Clinton dió su lealtad a los banqueros; y sirvió, primero y sobre
todo, sus intereses.

Del mismo modo, mientras los trabajadores de arremolinaron
alrededor del entonces candidato Barack Obama, si los reportajes
iniciales son correctos, leales seguidores de Friedman están
dominando su equipo de economistas. Ellos son economistas y gente
pro-negocios que fundamentalmente creen que las economías se
auto-regulan, y en consecuencia, sus presencias como consejeros
en áreas económicas es la continuación de las mismas políticas que
han producido el presente desastre de los mercados.

Y una Clinton ha surgido en relaciones exteriores. Cambio? No mucho.

Tan desagradable ha sido la era de Bush, que los '90s parecen buenos
en comparación.

Pero, éstas no son tanto movidas sobre política, sino verdaderas
movidas políticas con el fin de aplacar y calmar enemistades
intra-partidarias que se dañaron malamente durante la intensa
estación de las primarias electorales.

Esto es para que tanto aliados como enemigos sepan que no hay cambio,
sino continuidad.

Esto quiere mostrar que, aún cuando el rostro principal ha cambiado,
su esencia sigue siendo la misma.


--(c) '08 maj

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