lunes, 23 de febrero de 2009

Más Dinero Para Los Amos... Nada Para Ti




Mientras la economía de la nación oscila entre burbujear y reventar, la gente se está dando más y más cuenta de los niveles obscenos de desproporción entre el trabajador promedio y sus CEOs (De su denominación en inglés, Chief Executive Officers, CEO, Jefes Oficiales Ejecutivos.)

Durante las audiencias en el Congreso donde los hombres de negocios rogaron y los políticos sermonearon, mucho se habló de los lujosos aviones privados que los CEO usaron para llegar a Washington.

Pero éso en verdad era sólo una miseria cuando se habla del asunto que raramente se discute: los salarios y compensaciones de los ejecutivos.

Cuando vemos a 12 de las economías más avanzadas del mundo, Estados Unidos supera ampliamente a todas la otras en las tasas de pagos entre los CEO y los trabajadores promedio.

En 2006, el CEO promedio hizo 364 veces más que el trabajador promedio. Tan increíble como ésto suena, esta cantidad fué substancialmente más baja de lo que hizo el año 2000, cuando un CEO ganó 525 veces más que un trabajador. En 2007, fué 344 veces más que el trabajador promedio.

Tan disparatado como ésto suena es normal si uno considera la burbuja que son las salas de juntas de la nación, en las que compadres cuidan a sus compadres, casi completamente divorciados del rendimiento de la compañía.

La otra razón por la que tales arreglos raramente son puestos en duda con éxito es que los arreglos son basados en contratos firmados entre las juntas de las corporaciones y los CEO, y generalmente ésos son los términos bajo los cuales un CEO se une a una firma.

Los contratos son la roca base de los negocios norteamericanos, y, en verdad, están entre los principios de fundación de Estados Unidos. ¿Porqué digo éso?

Veamos la Constitución. Aquí está: Artículo I; Sección 9:

Ningún Estado deberá... pasar ninguna ley... que perjudique el cumplimiento de los contratos...

Así que, ¿qué si un contrato dice que un CEO sea pagado 30 millones de morlacos al año, y la compañía perdió 200 millones de dólares en ganancias? Despidan a 25,000 trabajadores! Contratos son contratos. ¿No es cierto?

Esa es la forma norteamericana de hacer las cosas. Por lo menos éso es lo que los grandes negocios impusieron en las últimas décadas. En 1980, el CEO promedio hacía 42 veces más que el trabajador promedio. Para 1990, esa cantidad más que se dobló y llegó a 107 veces más.

Mientras la economía se desmoronaba como castillo de naipes, Wall Street pagó, sólo el año pasado, 33 billones de dólares en bonos a sus ejecutivos.

Es difícil resistir la tentación: los negocios sólo son una máquina -- máquina para hacer dinero -- para beneficiar a los CEO, a las juntas de directores, a sus amigotes, ocacionalmente a los accionistas -- y por último, a los empleados.

Es precisamente esta máquina la que creó los problemas de costos de producción, la plaga de las hipotecas, y las repercuciones económicas actuales de la última explosión de la burbuja de la salvaje avaricia especulativa...mientras se paga a los CEOs fortunas propias de reyes.


Mumía Abú-Jamal
29/11/08

--(c) '08 maj

Fuentes:

Heather Landy, "Salarios de los Ejecutivos Desatan indignación" (Executive Pay Sparks Outrage, The Washington Post, Edición Semanal Nacional, Noviembre 24-30, 2008, páginas 7-8.)

Brenna Maloney and Todd Lindeman, "Detrás de los Grandes Días de Pago," (Behind the Big Paydays, The Washington Post, Noviembre 24-30, 2008, Edición Semanal Nacional, gráfica de tasas de pago, página 7.)

Música en la Inauguración de Obama



Como el estudiante de historia, política y música que soy, yo ví con mucho interés la reciente inauguración presidencial de Estados Unidos.

Y aún cuando naturalmente fué un momento de proporciones obviamente históricas, no se puede decir que fué sorprendente.

Eso, porque generalmente la política tiende a bajar los altos y a elevar los bajos, ya que los políticos buscan apelar a las más amplias bases.

Esto es también porque los sistemas políticos son precavidos y buscan la seguridad del protocolo; el refugio seguro del precedente, para dar la imagen de que todo anda bien, que Estados Unidos perdura y que esencialmente el imperio no ha cambiado, que todavía está dominando.

Por éso yo veía la ceremonia de una distancia; interesado, pero realmente no comprometido.

Si algo fué increíblemente remarcable, fué la inmensa multitud de gente, de pié esperando por horas en el inclemente frío; una multitud tan inmensa hasta donde los ojos podían alcanzar a ver.

Sin embargo, a pesar que todo fué brillante y espectacular, lo que fué más conmovedor fué algo en verdad inesperado.

La composición, "Herederos...", de John Williams, (que también compuso la música para, "Las Guerras de Las Galácticas" y "Jaws"), ejecutada por el violinista Itzhak Perlman, por el violoncelista Yo-Yo Ma, el clarinetista Anthony McGill y por la pianista Gabriela Montero, fué una impresionante pieza de maestría musical. Perlman empezó con su violín sonando como un triste canto que casi parecía como fúnebre. Se unió poco después el violoncelo profundo de Yo-Yo Ma, que se hizo eco del mismo tema, ofreciendo una pintura de tristeza invernal, llena de profundas, graves emociones. Ese ambiente fué quebrado por el aire lijero del clarinete de McGill, que sonó tan triunfante como la llegada de la primavera. Cuando el teclado de Montero engalanó con sus sonidos el ambiente, todo cambió, totalmente. Del invierno, al brillante calor de la primavera, de la disonancia a la entusiasta unidad.

Sería insuficiente decir que ésta fué una composición de belleza y brillo.

Esta fué una obra finamente ajustada al momento histórico. Fué una pieza musical que expresó muy bién la desaparición de una era política.

Nos enseñó que la música, en sus mejores momentos, puede ser mágica.

Fué tan maravillosa que lloré.

Mumía Abú-Jamal
28/01/09

--(c) '09 maj

Ser Negro en Irak



La pequeña comunidad negra de Basra, Irak, existe desde hace más de mil años.



Hace unos días leí un interesante artículo en el periódico sobre la pequeña comunidad negra de Basra, Irak. La pieza era básicamente una mirada desde el extranjero sobre los impactos de la elección de Obama porque los iraquíes negros esperaban que las elecciones podrían significar mejores condiciones para ellos en su tierra de nacimiento.
Los negros no son precisamente recién llegados a Irak.
El origen de la población actual se remonta al tráfico de esclavos realizado hace más de mil años, cuando la ciudad de Basra, en la franja sureña de Irak, era una importante sede comercial de Mesopotamia. Los africanos fueron secuestrados, sometidos a esclavitud y obligados a trabajar (no es broma) en las minas de sal de la región.
En el primer tercio del siglo VII (ca. 820 d.C.), los africanos se sublevaron, obligando al gobierno a huir. Esa revolución, conocido como "La Revuelta de los Zanj" por historiadores árabes, duró más de 20 años, pero fue traicionada y los rebeldes asesinados o sometidos a la esclavitud de nuevo.
El término "La Revuelta de los Zanj" se usa porque millones de negros de la costa sudoriental de África, llamada "Zanjabar" por los árabes (después Zanzibar y ahora parte de Tanzanía), fueron capturados y vendidos como esclavos por todas partes del mundo árabe.
Los cientos de miles de iraquíes negros de hoy se encuentran entre sus descendientes. Como tal, ellos viven vidas de discriminación, mala educación, subempleo, desempleo y pobreza.
Un padre de familia de Basra explicó que había tomado la decisión de sacar a su hija de la escuela porque sus compañeras de clase se burlaban de ella, usando el término abd (árabe para “esclava”). Dijo: "es mi deseo que mi hija aprenda a leer y escribir, pero no puedo permitir que tenga estos problemas."
Hoy en día hay aproximadamente 300,000 negros en Irak. Pero aún después de pasar un milenio y medio ahí, siguen cantando las antiguas canciones de una lejana memoria africana.
Desde el corredor de la muerte soy Mumia Abu-Jamal.
(c) '09 maj

miércoles, 4 de febrero de 2009

La Hora de Obama



La Hora de Obama
Mumía Abú-Jamal
20/01/09

Con elegancia y considerable serenidad, Barack Hussein Obama subió al
escenario de la historia, y trató de volver una gigantesca página del libro de
los anales de la vida nacional de los Estados Unidos de Norteamérica.

Con aire serio y demostrando confianza, se movió por todo el escenario
apretando manos, dando abrazos, y besando a las damas. Parece que gozaba dando
apretones de mano --y abrazos!-- al penúltimo de los miembros del exclusivo
club de los 44, el ex-presidente George W. Bush.

Pero si Barack Obama fué la estrella brillante del presente momento
político, comparado con la desvaneciente estrella de Bush, la otra estrella que
brilló poderosamente fué el Pueblo, que llenó las calles en formas sin
precedentes, jamás vistas -- por millones.

Los rostros sonreían calor y confianza, evidentemente ignorando las frígidas
temperaturas.

Hubo, como siempre hay en manifestaciones políticas, pompa y solemnidad,
pero la afabilidad popular parecía irradiar del pueblo, que por horas
desafió el frío para presenciar una historia que muchos pensaron jamás vivirían
para ver: la instalación de un hombre de indiscutible herencia africana en el
timón de la nave del estado.

Si la nación irradiaba entusiasmo, el mundo dió un suspiro de alivio
casi colectivo no sólo viendo el ascenso de Obama, si no también la retirada del
hombre que como nadie personificó la esencia del "norteamericano feo." Aún
cuando las cosas probablemente no cambien tan dramáticamente como algunos
esperan, y otros temen, el paso de una administración vista como de fanfarrones,
charlatanes patrioteros y terroristas, a una administración que por lo
menos es capaz de proyectar capacidad e inteligencia, parece como un cambio
extraordinario.

Parafraseando a "Macbeth," de Shakespeare, uno podría decir de la
partida de Bush, "Jamás le cayó a él nada mejor, que dejar el puesto."

¿Ha sido este cambio más simbólico que sustantivo?

Esto ciertamente lo veremos.


--(c) '09 maj

Traducción libre del inglés enviado
por Fatirah, _litestar@aol.com_ (mailto:litestar@aol.com) , hecha en
REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas, EE.UU.