sábado, 21 de marzo de 2009

COINTELPRO



Bajo este nombre se enmarca el plan que desarrollará durante muchos años uno de los frentes de la guerra sucia de los Estados Unidos de América contra la disidencia política-social-cultural.

Fue creado secretamente a finales de la década de los 50 por el FBI, en tiempos de su siniestro director durante casi 50 años John Edgar Hoover, con la intención de acabar con el Partido Comunista. Sin embargo, su máxima actividad se desarrollará a lo largo de la década de los 60 y principios de los 70 (sobretodo durante la presidencia de Richard Nixon).
Lejos de su significado "COunter INTELligence PROgram" (Programa de Contrainteligencia), sus objetivos jamás fueron espías enemigos sino sofocar las revueltas populares, que se venían gestando tras muchos años de opresión y que tuvieron su punto álgido en la década de los 60, como consecuencia de la lucha por los Derechos Civiles iniciada a mediados de los 50.
Cuando las formas tradicionales de opresión fallaron en su intento de contrarrestar la creciente insurrección, e incluso ayudaban a alimentarla, el FBI se tomó la justicia por su mano y secretamente usó el fraude y la fuerza para sabotear las actividades políticas protegidas por la Constitución. Sus métodos iban mucho más lejos de la mera vigilancia, y se convirtieron en una versión doméstica de la acción encubierta por la que la CIA es famosa por todo el mundo.


¿Cómo sabemos de él?
COINTELPRO fue descubierto en Marzo de 1971, cuando archivos secretos fueron sustraidos de una oficina del FBI y publicados en las noticias. Las peticiones basadas en la libertad de información, los múltiples pleitos y las confesiones públicas de agentes profundizaron el desenmascaramiento hasta el surgimiento del gran escándalo. Para controlar el daño y reestablecer la legitimidad del gobierno recién salido de Vietnam y el Watergate, el Congreso y las cortes obligaron al FBI a revelar parte de lo que había hecho y a prometer que no volvería a suceder.


¿Cómo funcionaba?
EL FBI instruyó de forma secreta a un grupo de agentes para proponer un proyecto para "redirigir, desacreditar, desorganizar, romper o al menos neutralizar" a grupos e individuos específicos. Fue fomentada una estrecha coordinación con la policía local y los fiscales. La autoridad final residía en altos cargos del FBI en Washington, que pedían la seguridad de que el departamento quedase con las manos limpias bajo cualquier circunstancia. Fueron aprobadas más de dos mil acciones individuales.
Los documentos revelaban tres tipos de métodos: 1.- Infiltración: agentes e informadores no sólo espiaban a los activistas políticos. Su principal función era desacreditar y desorganizar; informar, crear confusión y enfrentar a los miembros de los grupos. 2- Otras formas de engaño: el FBI y la policía también llevaron a cabo una batalla psicológica desde el exterior a través de publicaciones ficticias, falsificación de la correspondencia, cartas y llamadas anónimas y similares. 3.- Acoso, intimidación y violencia: deshaucios, perdidas de empleos, allanamientos por la fuerza, vandalismo, citaciones judiciales, arrestos falsos, trampas y violencia física eran llevados a cabo o usados como amenaza, en un esfuerzo por asustar a los activistas y hacer brecha en sus movimientos. Los agentes del gobierno o bien negaban su implicación o fabricaban un pretexto legal. En el caso de los movimientos de los negros y de los nativo-americanos, estos asaltos, incluyendo abiertos asesinatos políticos eran tan extensos y viciosos que podríamos considerar que ascendían al título de terrorismo de estado.


¿Cuáles fueron los principales objetivos?
Las operaciones mas intensas fueron dirigidas contra el movimiento negro, particularmente el Black Panther Party. Este especial acoso fue resultado del racismo por parte del FBI y la policía, la falta de recursos materiales de la comunidad negra para defenderse y la tendencia de los medios y de la mayor parte de los blancos en general a ignorar o tolerar los ataques sobre los grupos negros. También reflejó el miedo del gobierno ante el movimiento negro, debido a su militancia, su extenso apoyo tanto dentro del país como internacionalmente y su histórico rol en la galvanización de los levantamientos de los 60. Estos objetivos no fueron sólo limitados a aquellos que usaban la violencia física o tomaban las armas. Martin Luther King, David Delliner, Phillip Berrigan y otros líderes pacifistas estaban alto en la lista, así como los proyectos directamente protegidos por la Carta de Derechos, como los periódicos alternativos. Los Panteras Negras fueron atacados mientras trabajaban en actividades relacionadas con el reparto gratuito de comida, la sanidad y el control de la comunidad sobre las escuelas y los abusos de la policía. Fue el terrorismo por parte del FBI y la policía lo que con el tiempo provocó a las Panteras a tomar represalias mediante acciones armadas que más tarde fueron usadas como pretexto para justificar su represión por parte del gobierno.
De la misma forma sucia y sangrienta se cebó en organizaciones como el American Indian Movement (Movimiento Indio Americano), o el Movimiento por la Independencia de Puerto Rico. Durante los últimos 60 y primeros 70, más de mil organizaciones políticas fueron vigiladas.


¿Qué efecto tuvo?
En 1971, sólo un 1% de la documentación recogida por el FBI tenía algo que ver con el crimen organizado, y alrededor de 2/3 estaban relacionados con la vigilancia y la supresión de actividades políticas. El FBI llevó adelante más de 10.000 allanamientos y unas 500.000 investigaciones en ámbitos llamados "subversivos" desde 1960 hasta 1974 sin una sola sentencia judicial.
Es difícil de medir en su totalidad el impacto que tuvo COINTELPRO ya que no conocemos la totalidad de lo que se llevó a cabo (especialmente contra objetivos tan centrales como Malcolm X, Martin Luther King o el SNCC). Aun así, está claro que: - COINTELPRO deformó la visión pública de los grupos radicales de manera que ayudaba a aislarlos y legitimaba la abierta represión política - Exacerbó la debilidad de estos grupos, haciendo muy difícil para los activistas sin experiencia de los 60 el aprender de sus errores para construir unas organizaciones edificadas, sólidas y duraderas. - Sus asaltos violentos y la manipulación encubierta con el tiempo ayudó a que algunos de los grupos más comprometidos y con mayor experiencia se retirasen de la organización de las bases para reemplazar su actividad por acciones armadas ("going underground"), lo que los aislaba y privaba al movimiento de gran parte de su liderazgo. - COINTELPRO a menudo convencía a sus víctimas para auto-inculparse o para culparse unos a otros por los problemas que el mismo programa creaba, dejando un legado de cinismo y desunión que persiste hoy en día. - Operando encubiertamente, el FBI y la policía podían debilitar con creces la oposición política sin dañar la convicción de la mayor parte de la población de EEUU que creen vivir en una democracia, con libertad de expresión y el reinado de la ley.

Hoy en día existen muchos indicios de que COINTELPRO continúa operando.

GRUP D’AMIGUES DELS MOVE I DEL MUMIA ABU-JAMAL A BARCELONA
6/6/2008

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